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Tema: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair] Sáb Jul 20, 2013 2:04 pm
Callejón trasero de un bar de mala muerte 27 Junio, 10:41 p.m.
No debería estar allí. Pero ni él ni nadie lo suficientemente inteligente como para no querer acabar con una pistola o una navaja esperándole. Las buenas intenciones no abundaban en el mundo en general pero en Off-Strip eran prácticamente una leyenda urbana, por lo que no era muy habitual encontrar por allí a turistas o ricos adinerados que preferían la seguridad de los fastuosos casinos. Pobres de aquellos que terminaban perdidos por allí accidentalmente…
Fon sin embargo, contra todo pronóstico, no estaba perdido. Sabía muy bien a dónde iba. Bueno, quizás no del todo, pero si pensaba pasar en Las Vegas una temporada le convenía tener contactos no solo en el Limbo y la Strip en general. Los bajos fondos ofrecían casi más posibilidades que aquellas dos juntas y las investigaciones no siempre se podían llevar por el camino legal. Una lección que irónicamente aprendió cuando estaba en la policía.
Por supuesto, iba vestido conforme a la ocasión, no convenía atraer la atención de nadie indeseable con un atuendo demasiado elegante o fuera de lugar allí.
Fue por eso que iba embutido en unos ajustados vaqueros desgastados y llenos de alargados agujeros que mostraban parcialmente la piel de sus muslos y rodillas, mientras que la de sus brazos lucía también por la camiseta de tirantes negra que marcaba sutilmente su delgado pero sinuoso torso. Calzaba unas botas de punta oscuras con una Baby Eagle Compact escondida en una y una navaja automática en la otra. Y como únicos complementos, un par de anillos en cada mano, unos piercings discretos en los lóbulos y una pulsera artesanal de piedras oscuras a juego con su collar.
Con sus andares tranquilos pero seguros, Fon recorrió las callejuelas en busca de algún local en el que entrar a tomarse algo y observar la fauna que poblaba el lugar. Sin embargo, al pasar por la parte trasera de uno de los locales, vio junto a los cubos de basura y la horda de motocicletas aparcadas allí algo que le llamaba la atención.
Eran un grupo de gatos callejeros que rebuscaban entre los restos de basura algo para llevarse al estómago, por lo que se los quedó mirando extasiado sin acercarse hasta que dio cuenta de que algunos animales lamían el suelo.
Curioso por semejante comportamiento, avanzó lentamente para no alarmarlos aunque fue un tanto inútil, casi todos los felinos se alejaron y escondieron de él. El neoyorkino observó el suelo y se dio cuenta de que andaban lamiendo algo líquido derramado en el suelo, probablemente alguna copa derramada de alguien o incluso orina de los que no andaban por la labor de usar un lavabo.
Compadecido por la sed de los pobres animales, pues aunque el sol ya hacía más de dos horas y media que se había ocultado el calor del verano se notaba aún en el ambiente y perfectamente podrían estar casi a 30º, Fon dio la vuelta para entrar en el local.
Al cabo de unos minutos, volvía con un mellado cenicero hondo que había pedido que vaciaran y limpiasen y una botella de agua fresca comprada dentro del bar.
A pesar del miedo inicial, los felinos se acercaron casi al instante al verle acuclillarse entre los cubos de basura y poner el cenicero en el suelo, llenándolo con parte del contenido de la botella para que pudieran paliar su deshidratación.
Una sonrisa se dibujó inconsciente en su rostro al ver aquellas rasposas lengüitas creando ondas en el fondo del cenicero. Le costó la vida no tocarlos, pero no quería molestarlos o asustarlos de nuevo mientras bebían, por lo que se los quedó mirando allí aún acuclillado evitando movimientos bruscos.
Hasta que escuchó unos pasos aproximarse y, en el acto, sus ojos azules viraron reflejos en la dirección de la que provenían.
Puesto que el callejón no estaba excesivamente iluminado y el cielo se alzaba sobre ellos como un manto completamente negro, sin luna ni estrellas debido a la contaminación lumínica de la ciudad.
Y eso hacía de Off-Strip un lugar aún más triste y oscuro de lo que ya era.
Invitado Invitado
Tema: Re: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair] Lun Jul 22, 2013 8:25 am
Las vegas, así era como se llamaba la nueva ciudad en la que iba a vivir. Yo no era una simple turista, que buscaba algo de diversión y tras un par de semanas de esta, regresarían a casa con fotos y recuerdos, para continuar con su vida. ¡No!, las vegas de ahora en adelante era el lugar en donde viviría.
Mi estadía aquí, dependía del éxito que llevaran los negocios que venía a hacer en este lugar. Y por mi bien, esperaba que las cosas me salieran a pedir de boca, ya que lo último que quería hacer era estar de regreso en Egipto al lado de mi padre.
Sin lugar a dudas, mi padre era lo más importante en mi vida, pero yo necesitaba hacer mi propia vida y no lo iba a lograr estando encerrada en las cuatro paredes de la mansión. La mansión, tenía todo lo que cualquier persona pudiera llegar a desear, pero el estar allí encerrada la mayor parte de mi día, se había convertido en algo tedioso e imposible de soportar.
Llevaba cerca de seis años de “libertad”, sin embargo esa libertad no se compara con la que iba a tener de ahora en adelante. Mi padre estaba a miles de kilómetros de aquí, ya no iba a tener a nadie que me dijera que hacer y lo que más me aliviaba, era que ya no tenía que continuar andando con esos dos hombres de traje negro, que siempre me acompañaban. La libertad era algo gratificante para mí, pero eso no significaba que me iba a comportar como una adolecente de dieciséis años, porque ya no lo era.
Tras ocultarse el sol, decidí hacer una pequeña caminata por lo que ahora en adelante iba a ser mi hogar. Mi apartamento quedaba en una de las mejores zonas de la ciudad. Claramente no viviría en cualquier lugar, los lujos no me podrían hacer falta, simplemente estaba más que acostumbrada a ellos. Había caminado dos joras o más, la verdad era que había perdido la noción del tiempo. Esta ciudad era muy diferente a El Cairo, la cantidad de luces, sonidos y gente que se encontraba en las horas de la noche por las calles era impresionante. Aquí, indiscutiblemente la ciudad cobraba vida en las noches, y durante el día se descansaba para seguir con las noches agitadas, vaya lugar al que había venido a vivir.
Todo este lugar me tenía, por así decirlo anonadada. Era por eso que sin darme cuenta, había llegado a un lugar a un lugar muy diferente al que estaba acostumbrada a ir. El lujo había desaparecido por completo en aquel lugar, las calles eran cada vez más estrechas y el suelo estaba quebrado, por todo lo que veía y por el olor que emanaba las calles, este lugar era los bajos fondos de la ciudad; lo que se conocía como Off-Strip.
Este no era un lugar para una persona de clase como yo, el problema radicaba en que no tenía ni la menor idea de cómo regresar al apartamento ‘Bien hacho Johanna, no llevas ni una semana aquí y ya estás en problemas' me reproche, mientras buscaba un lugar donde me pudieran ayudar, si es que ese lugar existía por estos lados.
Tome un poco de aire y me arme con un poco de valor para atravesar un callejón, quedaba con la parte trasera de un loca, no sabía que tan buena idea sería aquello, pero tenía que buscar a alguien que me pudiera guiar un poco, así tuviera que dar cierta cantidad de dinero. Los tacones de mi botas resonaban por el callejón, la ropa que traía, no era exactamente la adecuada para correr si era necesario.
Cada vez que me adentraba un poco más, el lugar se convertía en algo más oscuro. Hasta que a lo lejos pude divisar a un chico acuclillado y un grupo de gatos huir debido al sonido que yo provocaba al caminar. Aquel chico no tenía la mejor de las apariencias, con otra ropa se vería aún mejor, pero era lo mejor que había podido conseguir en el lugar. El resto de calles tan solo encontraba a prostitutas y borrachos; no había mucho de donde escoger –Disculpa por haber ahuyentado a tu gatos –Hable controlando un poco mi tono de voz, no quería sonar como una pobre chiquilla indefensa y perdida, aunque lo fuese. Este no era un lugar para mí y para las personas como yo, salir de un lugar así sin daño alguno era casi imposible.
Fon Lattener Demonio
Mensajes : 55 Fecha de inscripción : 08/07/2013
Tema: Re: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair] Mar Jul 30, 2013 4:13 am
Una mujer. Fon ni siquiera habría tenido que voltear la vista para saberlo, sus tacones resonaban en el eco del callejón a cada paso como el preludio de un tórrido y prometedor castigo. Su forma de caminar, el sonido al pisar en los adoquines y la huida de los mininos le indicaron que se acercaba a su posición y que muy probablemente no sabía lo que estaba haciendo por ello. Verla al fin lo único que consiguió fue confirmar su pensamiento de que era una chica rica que no debía estar allí.
Y que era preciosa, todo había que decirlo…
Los claros ojos azules de Fon la siguieron con estoica serenidad, permaneciendo aún acuclillado frente al cenicero lleno de agua. Ella no venía a por drogas o a por alcohol, ni siquiera se veía lo suficientemente arreglada como para ir de fiesta o a algún tipo de reunión de negocios, por lo que desechó casi en el acto que fuera una yonki, una alcohólica o alguien relacionada con el tráfico ilegal.
Nada más escuchar sus palabras, supo que estaba perdida. Perdida en el peor sitio para perderse.
Él la miró en silencio unos segundos. A pesar de la deficiente luminosidad del callejón, pudo apreciar parte de su indumentaria, su alta estatura –él solo le sacaba unos 4 centímetros, menos si tenía en cuenta los tacones– y sus rasgos. Mentón marcado, ajeno a esas redondeces típicas femeninas. Ojos felinos color avellana verdoso, cejas delineadas y expresivas. Nariz y boca pequeñas, nada excesivas. Una melena castaño claro que no atinaba a saber del todo si matizaba más al rubio o al pelirrojo. Esbeltez curvilínea que le hablaba de pocos excesos y mucha apariencia.
Sí, debía de ser secretaria, oficinista, ejecutiva, bien cuidada y conservada desde la cuna. Y preciosa, ¿ya lo había dicho? Una suerte que hubiese ido a parar al callejón adecuado.
Habría sido un desperdicio encontrarla cadáver o desnuda y reventada en otro callejón, la violación a día de hoy no le causaba ningún tipo de atracción a Fon.
– Los gatos, como los seres humanos, no tienen dueño –respondió al fin, citando de forma inversa a Alejandro Jodorowsky–. Si te quedas ahí quieta, volverán a acercarse. Están deshidratados.
Le dijo, pidiéndole con sutileza que no se acercase más para que los desconfiados animales hicieran justamente lo que había dicho. El neoyorkino no se movió en momento alguno de donde estaba, echando un poco más de agua en el cenicero. Sin girar la vista a verla ahora mientras le hablaba, le dijo:
– Los callejones traseros de los locales son peligrosos –le advirtió ante su imprudencia, mirándola de soslayo–. Y acercarte al primer tipo que te encuentras solo en uno por completo vacío es cuanto menos un suicidio –alzó una ceja–. Pero hoy debe de ser tu noche de suerte…
Invitado Invitado
Tema: Re: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair] Miér Jul 31, 2013 1:53 pm
El sentido de la orientación y la ubicación no era lo mío y jamás lo seria. Perderme era algo sencillo para mí, incluso estando en el Cairo, que era la ciudad en la que crecí, me había logrado perder un par de veces. Pero aun siendo consiente de aquello, había tomado la decisión de salir a caminar, sin ningún tipo de compañía, en una ciudad en la que solo había dormido un par de noches y la cual desconocía por completo.
No confiaba en mis ideas en este preciso momento, mi mente no trabajaba correctamente en ocasiones como esta. Mis lugares más concurrentes eran los centros comerciales y lugares de prestigio, lugares donde la seguridad estaba garantizada y no tenía la necesidad de preocuparme. Nunca había tenido que preocuparme por mi seguridad, siempre la tenía en la palma de mi mano, sin embargo, hora no estaba contando con ella y un movimiento en falso significaba, mi cara en los periódicos de mañana.
Pero ya había tomado una decisión, solo esperaba que hubiera sido la correcta y que aquel chico del callejón, no fuese a la última persona que viese en mi vida. Aquel chico no estaba borracho, ni aparentaba haber tomado trago alguno aun, su forma de vestir no era la mejor de todas o al menos no para mí, pero si comparaba con otras que había visto con anterioridad, no estaba nada mal. Pero como se dice ‘Las apariencias engañan’
No salió de su boca palabra alguna por unos minutos, tan solo se había quedado observándome ¿Y si salía corriendo? ‘Por supuesto que no va a funcionar…’ Me replique, aun si lo intentara con solo tres pasos, me hubiese podido alcanzar. Aparentaba tener un buen físico y mis zapatos no hubiesen ayudado mucho tampoco.
“Los gatos, como los seres humanos, no tienen dueño” Fue lo que interrumpió mis pensamientos de un posible escape. Me quede de pie sin llegar a moverme y observe como vertió un poco de agua en un cenicero que estaba en el suelo, para después ver como el mismo grupo de gatos que hace un momento se había escabullido ante mi presencia, regresaban a hidratarse un poco. Era algo curioso de ver, pobres animalitos por su forma de beber, se notaba que estaban deshidratados tal y como lo dijo con anterioridad el chico.
-Soy nueva en el lugar y no soy muy buena juzgando a las personas –Me defendí en cuanto el termino de hablar, debía decir que me sentí como pequeña reprendida por su padre. Pero él tenía la razón, de haber sido otro sujeto de seguro no estaría de pie observando un grupo de gatos hidratarse. –Perderme no lo considero como algo de suerte… -Solté un pequeño suspiro, no había que negarlo, estaba perdida y el ya no había notado o no me hubiese dicho lo que dijo -…pero pude haber resultado en un lugar peor…
Fon Lattener Demonio
Mensajes : 55 Fecha de inscripción : 08/07/2013
Tema: Re: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair] Sáb Ago 03, 2013 6:09 am
No sabía manejarse en las calles a juzgar por las palabras que aquella mujer le estaba dirigiendo. Pero ni por las más problemáticas ni por las normales, quizás él pecase de desconfianza pero ella sin duda lo hacía de todo lo contrario. La mejor cara amable que se pudiese encontrar en una esquina podía ser sin remedio la última que quedase grabada en tu mente si te descuidabas…
Criada quizás en un entorno muy tranquilo y seguro, pudiera ser que sobreprotegida incluso. Encajaría en el perfil de niña rica por ello desde luego, si viniera de un hogar humilde y hubiese ascendido de clase social al menos sabría tener cuidado en situaciones como aquella. Pero si no le había costado obtener lo que poseía ahora, ¿por qué aprender lo que un guardaespaldas podía hacer por ti?
Por eso en parte le resultó algo peculiar el hallar una chica así sola en aquel lugar.
— No me refería al hecho de perderte —le respondió, pasando la mano sutilmente por sobre el lomo de uno de los gatos más pequeños que buscaba un hueco por donde colarse a beber— sino a que debes de ser muy afortunada para haberte topado precisamente con lo más parecido a un policía que hallarás en un lugar como éste…
Era cierto, ya no era detective y aunque no fue precisamente un policía muy legal llegado el momento, tampoco iba quebrantando leyes y perjudicando a los demás. No al menos demasiado a menudo, solo cuando se le hacía necesario.
Viendo que el pequeño gatito no encontraba hueco por culpa de los mayores, Fon lo tomó con tranquilidad por debajo de la barriguita con una mano y con la que sostenía la botella apartó un poco a un lado a uno de los gatos grandes, que se quitó en el acto al notar desconfiado que intentaban tocarle. Y ahora que había sitio, soltó al minino menor delante del cenicero, viendo como el animalito enseguida bajaba la cabeza y saciaba con ansias su sed.
Sus ojos azules no obstante se desviaron de nuevo hacia la mujer, levantando la botella para acercársela a los labios sin cambiar de postura aún. El agua fresca bajó por su garganta como un consuelo, no apartando la mirada serena de la chica mientras bebía. Al apartar el objeto, lamió sus labios húmedos por inercia, apretándolos fugazmente como un gesto reflejo.
Aura de Lujuria activada:
Fon aún no sabe que tiene este poder y, por tanto, no lo controla realmente así que se puede decir que se le ha activado solo. ¿Por qué? Porque en el fondo Johanna le parece muy atractiva y aunque su cabeza de arriba está pensando en hacer contactos esa noche, la de abajo le pide a su cuerpo que la seduzca.
Los efectos que provoca su aura básicamente se centran en despertar el deseo sexual. Algunos más concretos pueden ser que el objetivo centre su atención en los rasgos que más atractivos le parezcan de Fon y no se fije en los que menos le gusten; también podría llegar a fijarse en gestos, movimientos o palabras habituales que pudieran resultarle atrayentes; subida de temperatura y ritmo cardíaco, deseos básicamente de no alejarse de él y acercarse más, de tocarle y dejarse llevar por el instinto, por lo que la razón iría perdiendo poder y la imaginación o los deseos ganarían terreno más fácilmente.
— ¿Quieres volver o te tomas algo conmigo antes? —le preguntó en un sutil ofrecimiento por acompañarla a casa, tendiéndole la botella de agua sin levantarse para que ella misma se acercara si quería un trago.
Puesto que por el momento, eso era lo único que podía ofrecerle.
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Tema: Re: Sin luna ni estrellas [Priv. Johanna Odair]