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Tema: Raven [A pain that Im used to] Miér Ago 21, 2013 10:56 am
Raven
Nombre Completo: ¿A ti qué te importa? Llámame Raven.
Edad Aparente: No hace justicia a todo lo vivido.
Arquetipo: Mortal
Orientación sexual: Les.
Ocupación: Voz de Off-Strip. Camello. Hacker.
Descripción Física
Soy una sombra. Pálida y fría, andrógina, delgada. Soy un susurro, el escalofrío que recorre tu cuerpo, convertido en persona. Soy un jinete, apocalipsis en los labios, en los ojos de hielo. Soy un fantasma, jirones de mí misma recosidos.
Enjuta, demacrada, cubro mi 1,73 de pieles y de hueso. De venas azuladas, clavículas marcadas, caderas obvias y costillas que asoman vistiendo la textura de mi abdomen, níveo y consumido, mostrando cicatrices.
Mi rostro es duro, moldeando mis facciones suaves en un lienzo de acero, perforando mis labios, cejas, nariz, cérvix y lóbulo en mi oreja. Mi lengua brava, maltratada también a hierro y fuego, muestra tan sólo un piercing más, un aguijón en mis palabras y en mis besos. Metralla en estos ojos fieros y ausentes, con el brillo alumínico que convierte el azul en un tono metálico.
Tatuada, llevando el surco de la tinta como un mapa en mi cuerpo, indicando caminos sinuosos entre mis omóplatos, custodiados en negro por un fiero dragón que navega mi espalda, mis caderas, mi vientre. Miles de agujas en la piel, dejando marca, en mis muñecas y en mi cuello, en todas partes, como un recuerdo vivo y doloroso. Tatuajes y pinchazos, piercings y otras sustancias, dentro, hasta sentirme artificial. Distinta. Diferente.
Manos huesudas, de dedos largos, finos y de uñas negras, mal pintadas. Maquillaje hasta en el corazón, rimel que casi es kohl, asiduo. Mirada fúnebre, rebelde. Vello de un rubio que rebela pasados diferentes. Que ya no volverán.
Menuda, visto mi delgadez con cuero. Como si fuera una armadura, una segunda piel y no un disfraz. El negro, necesario, para ocultar cualquier herida, para sentirse fuerte, para poder luchar. La guerra no termina.
Ropajes anatema, como mis complementos. Herrajes y cadenas, para atarse a mí misma, para que nunca me aten otros. Libertad en costuras apretadas, libertad en cuchillas de afeitar como medalla, libertad en gomina, en la noche en mi pelo velando mi mirada.
Libertad en mi sexo, en mi propia elegía, al elegir ser cuervo y no paloma. Al elegir morder, sangrar, estar herida, herir a otros. En vivir cada día como si fuera el último, pero negar la muerte mientras camino a ciegas sobre ella.
Faquir moderno, pisando los cristales. Esclava, bruja, bestia, soy dueña de mí misma. Nunca de nadie más. Incapaz de aceptar las caricias. Incapaz de renunciar a ellas, convertidas en duelo.
Descripción Psicológica
Quiero estar muerta. Dentro. Quiero no sentir más. Sólo actuar, mecánica, muy lejos del pasado. Quiero gritar hasta sentir el rojo vivo en mi garganta, ese sabor a sangre y a desesperación.
Quiero llorar hasta secar mis lágrimas, para no repetir. Dura, imitando el acero que recorre mi cuerpo, huella deseada. Estoy blindada, candada a cal y canto, destruida, cambiada por el drama, perdida mi inocencia.
Ya no recelo, no desconfío, porque nadie me importa. Todos son enemigos. Lo sé. Lo tengo claro. Detrás de las sonrisas sólo hay dolor. Más manchas. El gris que finge ser un blanco luminoso cuando no estás muy cerca, cuando aún no lo descubres.
Hasta que es tarde. Y las sombras devoran lo que eras. Y te haces una de ellas.
Creativa, inteligente, enfoco cada pensamiento en mi obsesión. En la vendetta personal contra esa realidad, ficticia, en la que me crié, que trató de matarme. Contra cada político y contra cada iglesia, contra las madres de familia y las corbatas, contra cada mercedes y contra cualquier rico, contra las mafias que nos parasitan y chupan nuestra sangre. Contra esos ideales familiares que son sólo patrañas. Contra la impunidad de cada puto poderoso, esclavizando débiles.
Creen tener el poder, pero sólo lo roban. Lo mantienen. Y un día, alguien como yo, se lo arrebatará. Hará reinar el caos hasta que todos, todo el mundo, abra por fin los ojos. Y todo esté jodido. Como yo.
Voy a acabar con ellos. No pienso olvidar nada. Haré que todos sepan lo que han hecho. Lo que hacen. Sus madres llorarán cuando haya terminado. No voy a guardar nada. Ningún sucio secreto.
Silenciosa y hostil, estoy traumada, rota. No hablo, no interactúo, te miro, y si cruzas conmigo la mirada sólo intercambiaré insultos, soledades, desafíos mudos por mi espacio vital. No te acerques a mí. No te entrometas. No trates de frenarme. Sólo traerá problemas a tu vida. Sólo ofrezco dolor, no hay nada más en mí. Pero tú aún no lo sabes. Y yo sí. Creéme. Me quieres lejos.
Por éso vivo a solas. Como ese cuervo negro, amigo de la muerte. Sólo me drogo, como. Sólo bebo, sólo follo. Como el animal malherido que no deja su madriguera por completo. Sólo salgo un minuto, para sobrevivir, para seguir latiendo.
Pero yo sé volar. Mi mente tiene alas. Y si quieres, y pagas, podrás sentir lo mismo. Es eso lo que hago, lo que paga facturas: el ácido, el cristal, el éxtasis, la química. Esas pastillas, negras, que deslizo en tu mano o en tu boca. Vértigo y destrucción, caos y sudor, exceso.
Historia
Hay una historia no contada en esta jodida ciudad. Un culebrón, un drama, un expediente X. Pero a nadie le interesa buscar debajo de la alfombra. Todos cierran los ojos con los bolsillos llenos. Menos los pobres. Menos nosotros.
¿Quieres saber quién soy? La escoria de Off-Strip. La basura que deshechan los ricos, más allá del neón, más allá del cristal, dónde no hay rascacielos. En esta ciudad mueren al menos 3 personas cada noche. Todos en este barrio. Bajo las luces rotas de un callejón en Off-Strip.
No hablo de sexo. No hablo de drogas. No hablo de prostitutas.
Hablo de vida humana. De tráfico de órganos. De yonkis engañados, que no toman su dosis, que son anestesiados. Hablo de despertar en un contenedor, bañada por tu sangre, cuando creen que estás muerta.
Sólo tengo un riñón. Desde esa noche.
Algunos, tienen cicatrices distintas. ¿Eres rico y quieres vivir más? ¿Los transplantes son lentos? Pásate por aquí, los gilipollas pobres de Las Vegas siempre son remplazables. ¿Quieres un hígado? ¿Un pulmón? Aquella chica de la esquina tan sólo está de paso. Dalo por hecho, serán un par de miles.
Nadie quiso escucharme. Arrastré mi pellejo hasta el puto hospital para que me dijeran que sólo estaba en shock, que intentara calmarme, y quisieran coserme no sólo el puto ombligo, también mis putos labios a cambio de unos dólares. ¿Qué iba a hacer yo? ¿Una jodida adicta que no le importa a nadie?
Yo no soy importante. Pero nosotros sí. La ciudad, los obreros, la gente que no duerme. Ahora podéis oírme. Entraré en cada puto ordenador. Hackearé cada televisión en este sucio barrio. Hasta que nuestra voz sea una polifonía.
Hasta que todos sepan lo que pasa, de noche, en nuestros callejones.
Puede que lleve un tiempo. Pero estoy decidida. Nada más sobre mí importa una mierda. ¿Quieres saber quién fui? ¿Dónde crecí y dónde están mis padres? ¿Por qué coño te importa? El pasado es pasado.
Pero si vuelvo a despertarme en un contenedor, te aseguro que otros sangrarán más que yo. Y tendrán cicatrices. Habrá un jodido sobre en cientos de buzones. Y muchos testimonios. Se sabrá la verdad, aunque yo no respire.
Extras
Gustos
- Nada puede llegar a compararse al subidón sintético de la meta. Llámala como quieras: tiza, hielo, cristal, speed. Me importa un bledo, sólo pásame otra, la noche es larga todavía.
- Si aún no he tenido suficiente, añadiré a la mezcla un par de grados, no me importa el sabor, no me importa el color. Si sube, será bueno. No quiero sentir nada y aún recuerdo mi nombre. El verdadero. Ese que no sabrás, que no voy a decirte.
- La música está bien, puede sumarse al cócktel. Tecno, trip hop, algo que haga vibrar mi cuerpo con sus bajos, no entenderé la letra, siempre voy colocada.
- Si añades a la mezcla un polvo rápido, puede que sea una buena noche. No voy a recordarte, voy muy puesta. Pero con restos de carmín la resaca es más dulce. No quiero relaciones, no puedo darte nada. Pero ya me han robado antes trocitos de mi cuerpo. ¿Qué son un par de besos? ¿Un encuentro en un baño? No son nada.
- Si tocas la pantalla de mi MacBook puedes darte por muerto. Es mi pequeño ángel, no voy a compartirlo. Nada de lo que escriba, de lo que tenga dentro, te importa lo más mínimo. No me gustan los juegos. No te acerques, ¿de acuerdo? Es demasiado personal, y tú, tan sólo un pasatiempo.
- ¿Sabes como se siente una pistola entre las manos? ¿El frío metal? ¿La muerte? Es casi indescriptible. Tal vez, se sienta parecido cuando sea yo a quien acaricies.
- ¿Has visto una de esas transmisiones pirata? Sí, uno de esos sketchs que parecen de skynet. “No le pasa nada a su televisor...” Titulares de odio que hablan sobre Las Vegas. ¿Te gustan? ¿Lo has grabado? ¿Has llegado a creerlo? Yo soy Raven. Y digo la verdad. La verdad te hará libre.
Disgustos
- No me importa una mierda tu dinero, tu traje de versace, tu cochazo de lujo o esa sonrisa estúpida que te dejó el dentista. Aléjate de mí, jodido/a yupi. Y de paso márchate de Off-Strip. ¿No tienes suficiente con toda la ciudad? Yo no iré a tus casinos. Tú deja en paz mis callejones.
- ¿Crees que por tener polla eres mejor que yo? Os he calado a todos. Conozco la violencia y esa otra cara del machismo, todo condescendencia. Puedo yo sola, gracias. Corteja a otra gallina, yo paso de tu caldo.
- Yo no voy a la Iglesia. Aquí nunca es domingo. No quiero tus sermones, no quiero charlas ni advertencias. No finjas que te importo. Yo no le importo a nadie. Ve a cansar a otro oído con tus sabias palabras. A mí, déjame en paz. Y a solas.
- A ti, sí, imbécil sangre azul. Si dejaras en paz a los peces pequeños como yo, y sacaras la cara de tu culo, verías que lo que vendo aún no ha matado a nadie. Y ayer, precisamente ayer, perdimos a dos niños en esa calle de la esquina. Querían dos corazones, blancos, jóvenes. Y no eran una secta. Sólo unos asesinos.
Virtudes
- Si disfrutas con House, yo puedo ser igual de honesta. Te miraré a los ojos y te diré: estás gorda, no me gusta tu pelo, tu marido te engaña. Eh, al menos nadie me dirá nunca que no digo verdades como templos.
- La gente dice que es bueno ser constante. Yo soy constante. Soy obsesiva. Y no voy a dejarlo, no voy a ceder si no me muero. Seguiré ahí, jodiéndoles, interviniendo sus televisores y sus cuentas bancarias, el tiempo que haga falta. Hasta que alguien los pille y los detenga. Hasta que ellos me pillen, y yo sea detenida.
Defectos
- Yo no tengo problemas de actitud, zorra estúpida. Apártate de mi camino.
- ¿Qué esperabas? ¿Que te contara mi vida después de un buen polvo? ¿Ves fotos en mi casa? ¿En mi mesilla? El pasado es pasado. Y no voy a contártelo. A nadie más le importa. Algo pasó, ¿de acuerdo? Y no fue bueno. ¿Por qué no nos saltamos las palabras e intentas consolarme? Eso puede estar bien.
- Si me debes dinero, págame. No estoy bromeando. Lo harás con tu dinero o con tus dientes.
- No me quitaron un pulmón. Puedo seguir fumando. Cuanto quiera. Lo que quiera.