De aspecto frágil  y tenue, una persona de piel pulida y marmólea con pequeños brotes o tintes en la piel, pequeñas y diminutas manchas que recorren su extensión, manchas de diferentes colores, oscuros y claros, llamados pecas. Sí, las pecas inundan la piel de porcelana de Cathy, llenándola de un misterioso conjunto de color que fácilmente podría tratarse de unir con un bolígrafo y trazar líneas entre ellos. El contraste lo hace su cobrizo cabello, que destella como el brillo del sol, enredándose en sublimes ondulaciones que se vuelven más constantes en la parte de la nuca, casi rebeldes. Suave y torneado rostro, dulce y angelical como una delicada muñeca de soft o tela, rellena de algodón. Sus ojos turquesa iluminan su mirada, suave y definida, descarada y arrogante. Pómulos bañados en suaves pecas que se extienden hasta el mentón, bañando con alguna mueca los gruesos labios de la chica. Pero no es más que la muestra de la inocencia su dulce semblante de ninfa. Su cuerpo esbelto crece en los 1’73 cm, una altura considerablemente alta y estable, de extensiones largas y ligeras, brazos delgados, estrecha cintura y piernas ligeramente rosáceas allá por los muslos internos y rodillas. Incluyendo además los falanges. Ella viste faldas y camisas, pantalones vaqueros ajustados y vestidos coloridos, con zapatos de charol, con diminutos tacones y el dimito uniforme escolar reglamentario. No pretende acaparar sólo un color, su estilo propio abarca casi todos los colores que pueden existir.

Vivaz chica de contenidas sonrisas y especulaciones suaves como el atardecer, ardientes expresiones tornadas a la irregularidad de la soberbia. No es más que una chica de expresiones joviales y de alegre parecer en la intimidad, oscila bajo un semblante impávido y marmóreo que expresa así la más hermosa de las hermosas sonrisas jamás recogidas en esa galaxia ¿Pero es acaso más que una sonrisa? Protectora de su intimidad, recela sobre su propia belleza y oculta dicha bajo la máscara marmórea e impertérrita de suaves expresiones, tangible y directa. Tras el huracán de sentimientos y la calma, tranquila y serena mentalidad de dicho ser. Mil y una rosas reflejadas en cómo gesticula, tranquila, pausada y elegante pues usa el vocabulario según la enseñanza que un día su padre le enseñó, como una coraza para evitar daños colaterales, soberana de su voluntad y reina de sus actos, medita, medita cuanto puede y calla tanto como debe, sus labios repliegan la voluntad del silencio cuando algo llama su curiosa atención de niña. Con miles de sonrisas y risas, con briznas de pétalos expresa así, en su silencio mudo el más orgulloso de los actos que hacen al ser humano. Joven que adora el silencio, la igualdad y las expresiones en un rostro, ella habla, y translúcida se muestra definida un ser que invoca paciencia y exquisitez. Jamás se altera, no podría enfadarse ni tolerar un arrebato injusto para aquellos contra los que no se lo merecen y sólo basta de su fina indiferencia para los que  buscan esa disputa. Confiada, respetuosa y tolerante. La templanza fluye por sus venas y la fuerte capacidad de manejar el diálogo según ella cree conveniente, posee una habilidad infinita para expresar su gratitud cuando algo quiere y necesita sobre todo cuando es de ayuda de alguien para conseguirlo. Pulcra, brillante e ingeniosa, como el agua. Como agua que escapa entre las piedras para buscar así cómo desembocar. Replegada de introversiones su carácter indomable no permite que cualquiera pueda acercarse a ella y rehuye de todo lo debería ser una mala influencia o eso es lo que pretende, ya que como cualquier chica de su edad, se siente atraída hacia el peligro, hacia lo bullicioso de las peleas, hacia el mundo de la corrupción. El amor, ese ente sutil que escapa por sus finos dedos como la seda, como algo transparente, tan lejano, tan absolutamente lejano y a la vez tan cerca, intocable, inalcanzable pues burla los gestos de los demás con sus risas imperecederas y sus ascendentes sonrisas de dios. ¿Acaso alguien cautivaría su hechizante ser?

Un grito sonoro en la profunda oscuridad de aquella reserva natural a las afueras de la ciudad sonora y constante, iluminada siempre, una calurosa noche de agosto. La numerosa familia que habitaba en la reserva no tardó en despertarse uno por uno por los alaridos de dolor de la madre que no concebía en cálculos cómo había llegado tan pronto el parto de su propia hija, esos dolores ascendían desde las ingles hasta la propia tripa y es que esta vez, después de haber dado a luz a 5 hermanos, no sabía cómo el dolor se acentuaba tanto, como era tan agudo. Cada vez que un alarido de dolor escurría de la garganta de la madre las paredes de aquella granja se agitaban con fuerza, y el calor no ayudaba demasiado la tensa situación que se vivía en casa, de un lado a otro los gritos de los familiares entre las típicas palabras “preparad agua y toallas, y también desinfectar un cúter o tijeras” era lo más provisto que se había dicho en esa casa, sin embargo, la mujer de colorado cabello sentía que algo iba mal, que aquel parto no era normal como todos los demás que había concebido. El padre no paraba de un lado a otro dentro de la oscura habitación manchada por la luz de la media  luna, resistiendo como su mujer apretaba entre los dientes y aferraba la colcha, hasta parecía que iba a desbordar, el abdomen palpitante, el sudor de su esposa colándose entre las pequeñas arruga de su expresión.

No fue tanto lo que tardó la comadrona en llegar en a la pequeña granja familiar, alertada por los hermanos y los gritos que la mujer acaparaba para ella sola dentro del lugar. Horas y horas hasta que comenzó a dar a luz. Hasta que la voz de aquella mujer pelirroja pereció en un silencio extremo y fue reemplazado por el pequeño grito de la criatura que se veía pequeña y rosácea, con un único mechón rojizo adornando una cabeza diminuta, como todo su cuerpo. Era costumbre en la familia limpiar y cortar el cordón umbilical con ayuda de la abuela, y de eso se encargó la anciana madre de la mujer que acababa de dar a luz(Para eso estaba la tradición). Fue ella quien tomó a la pequeña criatura, que no había vuelto a abrir la boca y ataviada de una manta gruesa, se dirigió a un pequeño arroyo que bajaba, en él sumergió a la criatura limpiándola de los restos de sangre, incluso introdujo los dedos dentro de la boca y éste bebé reaccionó tosiendo, haciendo que su pequeño pecho comenzase a palpitar con fuerza. La anciana sonrió, envolvió a la niña entre las mantas y emprendió el viaje de nuevo a la casa donde había nacido, con buenas noticias, no le faltaba nada, tenía cinco dedos en manos  y pies y su corazón parecía latir con la fuerza de un huracán. Y esos ojos turquesa, brillaban como el mismo cielo.

Tal vez, dentro de un par de años explicarían al pequeño ser que su madre había dado la vida por dejar que ella naciera, y la chica poco tardó en crecer y ser una de las niñas más rebeldes de toda esa pequeña familia que vivía alejado de las maquinarias y de los vicios del resto de los mortales. La única hermana de cinco hermanos, era la alegría de la casa, donde, todos se preocupaban dónde estaba la chica de la familia, brillaba como el sol, escurridiza y vivaz chica que se hizo a la adolescencia curiosa, no había nadie que estuviera sin preguntar por la pequeña pelirroja de hermosos ojos turquesa, y es que, nadie quería que a ella le pasase nada. Algo muy difícil en la ciudad del pecado y de las luces, acompañados de las máquinas y el dulce sonido metálico del dinero.

Gustos:
Le gusta el susurro del viento cuando sopla con fuerza, con tanta que tenga que aguantarse los largos cabellos cobrizos, le agrada acariciarse el cabello y limpiarlo con champús que tengan olores característicos como el melocotón o el jazmín aunque ella es lo suficientemente ecológica, pues detesta sobre todas las cosas los productos testados sobre animales y es fiel defensora de la vida del reino animal. No es una chica descuidada de su físico y al contrario, es una chica que suele cuidar bastante y sobre todo su largo cabello pero al ser tan largo suele acabar hartándose y atándolo, haciéndose una coleta para poder concentrarse en lo que deba hacer. Sobre la comida, le gusta bastante la comida basura aunque no lo parezca y es cierto, rara vez puede darse el lujo de comer pizza, porque también le gusta la comida sana, como las frutas y las verduras y sufre horribles disyuntivas cada vez que debe comer fuera de casa al no saber exactamente “qué comer”. Y su padre tampoco le permitiría comer en casa tantas “guarrerías” como lo llama ella así que debe abstenerse de golosinas y dulces casi la mayor parte del tiempo. ¿Y no es eso lo que quieren todos los  jóvenes quieren? Para su padre siempre será una joven  que no sabe de la vida, y él no quiere que nadie le haga daño como es lógico, suele preocuparle su arrojo y su descaro teñido de curiosidad.

Disgustos:
Encabezan la lista de desagrados la desobediencia y las mentiras por parte de sus compañeros y cualquier persona con la que mantenga algún lazo ya sea afectivo o laboral. Además, algo que puede hacerle sacar absolutamente sus casillas es esa clase de personas que se meten con los más débiles o los más estudiosos, eso le revienta, como las personas que hablan por hablar, el “blablablabla” constante le hastía. Otro de sus desagrados es sin duda, que las personas no muestren un mínimo de respeto, como por ejemplo el pedir las cosas sin pronunciar esa palabra mágica “Por favor”

Manías:
A destacar es maniática con la limpieza y con el orden, lo que es suyo es suyo y no debe tocarse porque podría alterar demasiado a la joven loba. Ella entiende “su orden en su propio desorden”, manía insana es, meterse con las personas que se meten en peleas con otras personas de apariencia más débiles, y eso incluso puede llegar a ser malo para ella, pues en un principio es una chica valiente que encara a quien tenga narices a hacerle frente, pero por otra parte también se agazapa si al descubrir que esa persona que se metía con la débil es incluso más fuerte que ella.

Fobias y Debilidades:
Pese a tener una buena paciencia, ella es demasiado intranquila  (O inquieta…) como para estarse sentada durante mucho tiempo en un mismo sitio y ocasionalmente muestra su tic nervioso, moviendo en un suave balanceo el pie  o golpeando la mesa con un dedo, con la uña. Leer tanto y a tantas horas ha producido que esta jovencita de ojos claros padezca un poco de sequedad ocular, teniendo que darse unas gotas de agua marina en los lagrimales de los ojos para poder continuar con su tarea e incluso unas gafas para poder continuar con su lectura, pues el leer tanto en horario nocturno ha provocado un poco de daño en sus retinas. Siente especial sensibilidad hacia el reino animal y que alguien pueda llegar a torturar aunque sea la más pequeña de las arañas podría llegar a enfadar tanto a Cathy que desplegaría toda su ira contra esa persona.  Otra debilidad es que ella es demasiado impulsiva y muchas veces, como  joven, no sabe diferenciar entre juego o una pelea y tal vez eso pueda producirle serios problemas con los demás (personas) que pueda conocer a lo largo de su vida. La única fobia que presenta es, simplemente, el daño que puede causar alguien a sus familiares.