Mide 1,72 m y está muy delgada apenas si teniendo curvas en su cuerpo. Es plana debido a que sufrío durante largos años bulimia y no pudo terminar de desarrollarse como debía. Empezando por su cabello es rubio paja y suele llevarlo largo sobrepasándole los hombros; tiene un estilo entre ondulado y liso y un ligero aire de dejadeza a menos que esté actuando que entonces intenta dar una imagen más arreglada de sí misma. El resto del tiempo o lo tiene suelto o se lo recoge en rápidos moños de los que generalmente huyen mechones sueltos que le quedan colgando sin que le importe demasiado. Seguiremos por su rostro, el cual es ligeramente ovalado. Sus ojitos son de forma almendrada y contienen bajo sus pestañas rubias unos iris verdes que, según como les dé el tono de luz, parecen grises, chiquitines y poco vistosos pero resultones si alguien los mira con atención. En lugar de transmitir vida, no transmiten nada y siempre parecen estar apagados. Siempre se cuida las cejas y las lleva perféctamente alineadas sobre sus ojos. Su nariz y boca terminan de darle armonía a su cuerpo. Usualmente suele vestir con ropa ancha para disimular su delgadez a excepción de cuando actua que luce vestidos elegantes para no contrastar con la opulencia de los casinos.

Muchos dirán que estoy loca, otros tantos que más vale que no te acerques a mí; los menos que te detengas a conocerme pero que vayas con cuidado; solo una persona te dirá: vale la pena conocerla. *Sonríe* No. No estoy loca. No vengas a conocerme con cuidado. Vale la pena conocerme. La gente que me conoce dice que soy inteligente, una persona interesante, culta y divertida, jocosa, con mucho por ofrecer y poco de ocultar. Sí. Mi personalidad es frágil, ¿y? Lucho por hacerme fuerte, por seguir adelante a pesar de mis trastornos que lucho día a día por superar siguiendo una terapia y una severa dieta. Tengo problemas y desórdenes pero, ¿quién no los tiene en algún momento de su vida? No juzgues la carcasa, juzga mi mente y quizás te lleves una sorpresa. Mi vida no ha sido ejemplar, lo sé, pues me he pasado más tiempo ingresada en un hospital que viviendo la vida en el exterior pero, ¿sabes qué, querido lector? *sonríe de nuevo* ahí encontré las fuerzas necesarias para enfrentarme a mis demonios. Y los vencí!

Nació en Ottawa (Ontario, Canada) ahora hace 22 años atrás. Su familia en sí era una familia normal y corriente, de esas que se ganaban el pan de cada día con el sudor de su frente. Eran católicos romanos apostólicos y por ende ella fue bautizada a los tres meses de nacer y su nombre fue Diana Mina Thompson. Su infancia fue sencilla y siempre estuvo rodeada de niños en el parque hasta que entró a la guardería con dos años. Todo su universo se reducía a su familia y a ese centro que cambió a los 3 años por la escuela pública. El frío marcaba el invierno y el fresco los veranos. Nunca conoció lo que era el verdadero calor hasta que no viajó al sur de más mayor. 

Avancemos cuando cumplió los 10 años de edad. Regresaban de Winnipeg cuando tuvieron un accidente de tráfico en el que, aparentemente, todos salieron ilesos. Todos menos Diana que terminó en coma. Estuvo así diez largos meses en los que solo su madre iba a verla al hospital. Al despertar le cayó el mundo al suelo cuando su madre le comentó que su hermano había muerto horas después del accidente y que se había divorciado de su padre al estar este en sillas de ruedas y volverse violento -todo mentiras para tenerla a su merced y voluntad, poder manipularla-. Ella resultó ser la violenta, una mujer que intentaba tener a todos dominados y comiendo de su mano. Aguantó hasta los 14 años aquella situación cuando, aprovechando que su madre no andaba en casa, llamar a su padre y pedirle que fuera a buscarla. Huyó con él a Winnipeg donde él se había instalado con Marco, su hermano menor.

Allí empezó su propia pesadilla y el comienzo del fin de su integridad mental. Empezó a ser acosada -con llamadas- por su madre, a recibir correos amenazándola no solo a ella sino a su hermano Marco y un sin fín de demás temas del mismo estilo sino regresaba a su lado. Empezó a no comer y a dormir poco, a aislarse y los profesores de la escuela empezaron a notarlo con su comportamiento y su propio rendimiento en clases. Hablaron con su padre y poco a poco se fue descubriendo lo que ocurría. El padre acusó a su ex-mujer de maltrato psicológico y empezaron una interminable pugna en los juzgados. Ella, sin embargo, se convirtió en carne de psiquiatra siendo medicada casi al instante. Las pastillas atenuaron su desequilibrio y depresión y consiguieron que volviera a ser una niña ligeramente normal y que volviera a centrarse pero el daño en ella ya estaba hecho.

Fue a sus 14 años que conoció a Emily, hermana de su padre. Su vida cambió radicalmente al conocerla. Por primera vez desde que había despertado del coma alguien se detuvo a su lado para no solo abrazarla sino también escucharla mientras lloraba. Recuperó su salud mental y la tía -tras hablarlo con el psiquiatra y su propio hermano- dictaminó que se llevaría a Diana al sur de Estados Unidos, bien lejos de la influencia de la mujer que la maltrataba, de los juicios y de su hermano Marco. Hicieron las maletas y volaron al aeropuerto de Las Vegas donde iniciaron una nueva vida... con la intención que fuera más saludable pero solo empeoró para la joven Diana quien, tras ser trasladada, pidió recibir la nueva nacionalidad con el nombre de Daida. La miró extrañada y asintió pero le dejó el segundo nombre intacto, Mina, el cual Dai odia con todo su corazón.

En Henderson fue apuntada al instituto pero todas las "vedets" y "populares" enseguida se fijaron en su figura desaliñada, en su mirada evasiva y en ese rictus seco y distante que la acompañaba a todos lados. Enseguida los motes empezaron a circular sobretodo haciendo mofa con respecto a su segundo nombre "mina". Los desórdenes mentales regresaron a ella y le provocaron que se volviera una persona obsesivo compulsiva con cuadros de bulimia severos en los que se daba atracanos en cuestión de pocos segundos y luego se encerraba en el baño por largas medias horas que preocupaban a su tía. El resultado fue un ingreso en el ala de psiquiatría del hospital de la zona dejando a un lado los estudios. Fue ahí dentro, en una de las actividades propuestas para servir de ayuda a salir de su desorden mental, que descubrió su facilidad para la música.

A sus 16 años salió por primera vez del ala de psiquiatría para pasar la navidad con su padre, su hermano y su tía -que era soltera- para regresar dos días después. Llevaba sus muñecas vendadas no enfocaba a nadie, tenía la mirada perdida y apenas si probó la comida. Los dos años siguientes fueron duros para ella saliendo a la edad de 18 sin apenas estudios, solo una guitarra que su padre le había regalado el día de navidad a sus 16 años cuando supo que le gustaba tocarla. Los dos siguientes años los pasó yendo a clases de música sin relacionarse con nadie y haciendo constantes visitas al médico que llevaba su caso para evaluar sus mejoras. Empezó a relacionarse con más gente a quien no le importaba lo más mínimo su físico sino su interior y esa flor que había permanecido cerrada desde los 10 años empezó a florecer componiendo algunas canciones con solo el acompañamiento de su guitarra. Actualmente toca y canta en uno de los casinos más importantes de Las Vegas -quizás gracias a la influencia de su tía- mientras intenta ganar dinero para ponerse a estudiar música.

Gustos

[x] El chocolate deshecho a la taza.
[x] Componer canciones.
[x] Cantarlas y tocarlas.

Disgustos

[x] Que crean que es una chica fácil
[x] Que intenten abusar de ella.

Virtudes

[x] Tiene las cosas claras.
[x] Sabe lo que quiere.
[x] Decidida.
[x] Tenaz.

defectos

[x] Frágil.
[x] Propensa a salir herida.