Raven Mortal
Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 21/08/2013
| Tema: Vodka y chocolate [Hany y Raven] Jue Ago 22, 2013 10:40 am | |
| [18:25:44 21/08/13] * Raven se adentra, encapuchada, en el humo y la música, las luces y el sudor, como una estatua negra entre otros cuerpos, hasta llegar al otro lado de la pista. Era un local pequeño, oscuro, mal ventilado y realmente ruidoso. Con el sabor añejo de Off-Strip. Con la belleza rota en sus mujeres. Raven buscó una esquina, y siguió el ritmo con sus pies, ausente. Las manos dentro del vaquero, apretado, también negro, con el lsd rozándole los dedos. Esperando. Expectante. Con esos ojos claros de lechuza, como un eco, una sombra. Esperando clientes.
[18:45:47 21/08/13] Haniel J. Krausser : Aplastó con la curvada puntera de la bota militar el cigarro que había acabado matando la almohadilla de fieltro por el cual se filtraba el beso de la Muerte. La noche succionaba con sus ansias el deseo de aspirar una última vez el dulce y áspero sabor de la menta mezclada con la nicotina y solo el ínfimo resoplo de los carnosos labios del ángel expiraron la última calada que se disipaba en el aire formando intricados bordados. El humo mezclado con el sudor, la sangre metalizada en las paredes de las peleas que no eran más que un par de murmullos, las risas y el dulce sabor del libido crepitando, deseoso, por las paredes del local, por los brazos de las mujeres , por sus curvas, por el trazado que encaminaba sus metálicos ojos entre la distancia suya y la ropa que llevaban algunas que deseaban no dejar nada a la calenturienta imaginación de los nuevos visitantes. Todo se curtía en un circuito sin fin en el que se veía envuelta de mil maneras, la música le invitaba a pasear, el vapor de las máquinas de humo impregnaba la red negra que tejida protegía sus piernas formando triángulos sobre tal tersa y longeva piel. Solo el trozo de tela de cuero que quería brillar bajo las tenues luces del local eran lo más singular que tapaba su cuerpo, entre otras cosas, por el calor que se impregnaba en ellos. Pasos largos, decididos, ligeros y nada femeninos hicieron avanzar su figura hacia delante, llegando, ente el barullo, a un pequeño espacio entre dos mujeres fornidas de cabello fucsia y rubio platino. La barra parecía concurrida, pero no sería la barra lo único que quisiera asolar su mente ¿Verdad, Destino?
[18:55:08 21/08/13] * Raven pensó que a ratos, la noche juega a hacerse pasarela. Sin el glamour, pero con morbo, los cuerpos y figuras desfilaban. Sin timidez, Raven se dejaba llevar, de un cuerpo a otro, envolviendo sus ojos en el humo, sinuosa, como la piel de una culebra y sus escamas. Retorcida y hambrienta, envenenada sin necesidad de colmillos. Bailaban, sin mirarla. Pero ella si veía, dejándose llevar por ese ritmo fluido, que hacía nacer sudor bajo su ropa. Y entre los rostros, esos ojos. Entre las siluetas, sus medias y sus piernas. El acero en sus botas. Su cadencia, sin humildad y sin vergüenza. Siguió sus pasos, sin pensar, como la sierpe oculta en la maleza, llegando también hasta la barra, sin buscar su mirada, sin dejar de mirarla. Un eco, en el zumbido errático que tejían los sonidos.
[19:08:25 21/08/13] Haniel J. Krausser : Elevada una pierna sobre la barra de metal que había bajo la propia barra donde se apoyaban las personas con los antebrazos y también dejaban las bebidas, el dinero y otras sustancias, el flujo de colores se volvía desde un azul cían hasta un rojo violáceo. Susurrante, sus labios se movían tratando de sugerir algo a la chica que atendía a las personas, su semblante tan serio, tan frío, pero adornado de la tibia niñez que acaloraba sus mejillas, manchadas en mil y pequeñas formas alrededor de sus pómulos y nariz, bajo sus labios carnosos amoratados. Alzó su cuerpo, curvándolo, arqueándolo. Apoyando el bajo vientre y abdomen sobre el frío mármol de color negro, suponía ser negro, sólo podía distinguir un par de razones entre la tenue situación. Alzó la mano, sus dedos rodearon la tela de la persona de la barra, atrayéndola directamente a ella mientras el dedo aún seguía holgando el escote por donde la había atraído, entonces sus labios bailaron como el fuego, arrastrando el alquitrán de su mirada por el impúdico cuello sudoroso de la empleada. Deslizando su arrojo y tesón sobre la porción de piel, esos labios que osaban susurrar y rozar delicadamente la piel del perfil de la oreja de la empleada. Con desprecio apartó las manos de la ropa, apoyando únicamente el codo, fruncidas las cejas negruzcas, tiñendo de esa mala inocencia, fingida, de mercurio líquido de sus pupilas, los cuales decidieron posarse con severidad sobre ese alguien que trataba de mirarla sin mirar, sobre su ausencia. Enfatizando el contacto visual con un simple suspiro de sus labios.
[19:21:33 21/08/13] * Raven siguió todo el teatro, cada gesto en la chica, el dilema de ese aspecto inocente en una actitud intoxicada, indecorosa. Sonrió, ladina, disfrutando en silencio el espectáculo. El perfil de su pierna y sus caderas, cada uno de sus movimientos y la audacia traviesa al atrapar la camarera. Juegos de niñas, pasión de adolescente, apenas sofocada. Nada la impresionaba, nada la perturbaba, pero seguía mirándola. A veces, un adulto aún codicia juguetes... A veces, son los niños los que inician el juego. Y otras, la voz de la experiencia se abre paso, segura, confiada. Raven se acercó a ella, un único paso acortando distancias, mientras sacaba del bolsillo un billete de 20 y lo mecía en el aire. - Claudia, ya sabes. - Sin más, la camarera reaccionó, reconociéndola, asintiendo y buscando su vodka. Raven venía a menudo. Tan a menudo, que ya conocía a Claudia por su nombre. - Y tú, exigente ¿qué vas a pedir? - preguntando a la joven que con malos modales aún no había obtenido su bebida.
[19:46:23 21/08/13] Haniel J. Krausser : ¿Había que ser correcto en el mundo del juego, las putas y la droga? Porque su educación se había quedado a dormir en la cama, mientras le acunaba la insolencia, meciéndola. Dejó que su abdomen ya no se posase sobre la barra, ni que sus piernas se estirasen tensando los músculos para regalarle una bonita visión a los de atrás. ¿Una foto de recuerdo por haber visto un magnífico culo tallado en cuero? Maybe. El ruido de las botas al bajar al suelo, despegando ligeramente de la barra metálica donde antes se había apoyado se hizo opaco pues la música ocultaba cualquier ruido indecente volviéndolo insonoro. Pero al tenerla cerca supuso que no tendría que alzar la ronca voz, quebrada, que salía de vez en cuando de su garganta cuando realmente quería decir algo, no gastaba energía hablando precisamente, y menos en decir estupideces si no eran insultos por cada dos o tres palabras. Despegó sus labios del silencio y de la frialdad para, prolongar una sonrisa ladina, casi sugerente.- ¿Exigencias por un poco de cariño verbal? – Volvió la mirada a la chica ¿Había dos o veía doble? ¿Qué era la mierda que le habían dado para tener esa capacidad de X-men? Volvió los ojos grisáceos sobre ese par de orbes azuladas.- Un batido… De chocolate. -- ¿Debía ser buena, no? Lo sería. Todo porque aquella chica no le mordiera en un lugar donde no quisiera… Aunque si aceptaba un mordisco en la pelvis. Un mechón negruzco de su cabello acabó cayendo sobre su –nopecho- tapado por una camisa transparente y holgada, negra. Cuya chaqueta de cuero también hacía la labor de no querer mostrar que era prácticamente una tabla. ¿Vamos, quién le perdía el respeto a un delicioso batido?
[19:55:24 21/08/13] * Raven vio como regresaba a sus talones, como la gravedad parecía golpearla, al "caer de pie" sobre el acero de sus botas, sin impedir que su mirada recorriera aquel cuero, ceñido, esculpiendo su cuerpo. Su sonrisa se mantuvo estática al escucharla, al verla sonreír, al teñir de cariño su apetito. Porque la verdad sobra. Nadie quiere verdades. Al parecer, quieren batidos, de dulce chocolate.- Cariño, te has perdido. Aquí no venden piruletas. Mejor regresa a casa, unas bonitas medias para una niña buena. - Su voz era de de escarcha, más fría que su mirada, muy llena de prejuicios, que sin embargo, hipócrita, no desdeñaba la visión, transparente, debajo de sus ropas. - Claudia, pon sólo una. La muchacha se marcha. Ya jugó suficiente. - Claudia no respondió, posó el vodka a su lado en un vaso de tubo, con dos hielos sin cómplices, levantando una ceja hacia la joven, cuestionándola.
[20:27:50 21/08/13] Haniel J. Krausser : ¿En un bar no vendían ese tipo de cosas? Le habían vendido mal la papeleta que decía que en las Vegas podías hacer de todo, que había de todo, hasta lo innombrable. Se había quedado ancho el que escribió el folleto. -- ¿Me envías a casa por una bebida con la que se puede mezclar cualquier tipo de alcohol? Aunque sin terminar ese pedido… sólo quieres perderme de vista… Entonces hubiese sido mejor que no me hubieras mirado. – Se echó hacia atrás, con un simple movimiento de cabeza que le permitió dejar el cabello en su sitio, odiaba mantenerlo suelto, pero hoy, para una vez que salía después de haber tenido que trabajar duramente en los ensayos de la banda a la que pertenecía, y de tener los las yemas de los dedos endurecidos por apretar las cuerdas, sentía la necesidad de evaporarse con la gente. Inspiró, llenando sus pulmones de aire, elevando ligeramente su pecho, sin embargo su mirada no se había torcido. Estaban de costado a la barra, si alargaba el vaso podía acceder al de cualquiera. Sin embargo ella no quería gastarse dinero, ni deberle a la suerte un centavo , miró a su lado izquierdo con tan solo un sublime movimiento de sus caderas, ojeó un par de veces a la mujer de cuerpo corpulento y fuerte. Con suavidad pidió permiso con sus ojos, esos ojos angelicales, la mujer aceptó, con la mano izquierda, inclinó el vaso, recogió un par de gotas que querían verterse sobre el mármol con el dedo corazón, y cuidadosamente, introdujo éste entre sus labios, succionándolo, impregnando su cavidad bucal del dulce sabor del licor. Fuerte, ceñía, ardía en su garganta, bañando aquel corte de mangas entre la más absoluta muestra de “cariño” de una niña buena, y la indecencia de la que había perdido esa inocente pulcritud.—Si me disculpas… Tengo que hacer los deberes. –Bajo la frase, con contoneos suaves de caderas, se alejó de la chica, salir a la puerta era una opción, respirar ese aire cargado cegaba sus jóvenes pulmones.
[20:38:52 21/08/13] * Raven se mantuvo en silencio, observando la ocurrente pataleta, sintiéndose acertada y nunca arrepentida. Sabía lo que decía. Lo que había visto en ella, más allá de esas piernas, más allá de las medias de rejilla que buscaban problemas. Esto era Off-Strip. Aquí los problemas te encuentran, si gritas, acuden en manada y te destruyen. Le hacía un favor a la insolente colegiala. Aunque ella, no lo viera. Esta vez su mirada se tiñó de desprecio, arqueándose, con suficiencia. - Claro, aún llegas a tiempo a casa para la cena. - El veneno en sus labios, en el odioso azul tan lívido en sus ojos, observando ese dedo. La irreverente despedida de esa niña perdida. Algo beligerante rugió dentro de ella, sin aceptar el fin a la conversación. Dejó los 20 a Claudia, tomó su vaso y caminó tras a ella, a varios pasos, aún perdida en el juego, en el acecho. Disfrutaba al mirarla sin ser correspondida, en observar sus largas piernas caminar, altivas, sugerentes, sin el peso de la niñez anclada en sus pupilas. Próxima a ella, -
[23:57:23 21/08/13] Haniel J. Krausser : El ruido de las personas se iba alejando de ella, como una única burbuja de sonido, lejano y a la vez ajeno a ella, explotaba en una sensación refrescante cuando volvía de nuevo a salir el humo, el vaho de las máquinas que trataban de alguna manera refrescar el ambiente pues no había mucha ventilación en el pequeño bar, sus pasos retumbaban como el mismo sonido de la música, irguiendo las largas piernas que como carriles de vehículos se exponían, adentrándose, saliendo de la oscuridad, procurando que la red que tejía la rejilla de la media fuera un puente hacia lo invisible y lo visible que otorgaba el placer de poder subirlas. Cuando comenzó a subir los escalones de camino a la puerta ancha de la entrada se dio bruscamente la vuelta, encarándola, mirándola con el ceño fruncido. Apretando el puño de la mano que no apoyaba y así la otra apretaba el estrecho marco entre sus dedos, cuya vena remarcaba su brazo como si realmente hubiera tensado los músculos exageradamente. Su mirada bajo el tras luz entre la tenuidad, volviéndose nacarados. Apretó los jugosos labios, tensó la clavícula.- ¿Vas a seguirme? ¿Quieres que te contrate como niñera o guardaespaldas? ¿Vas a acompañarme a casa porque esperas algo a cambio o porque… Te ha calentado mi dedo? Porque no tengo ningún interés en meterme a nadie entre las jodidas piernas. –Frunció duramente el ceño, sin apartar su porte arrogante, valeroso tal vez, se agarraría los huevos para ver quién tenía el mando ahora, pero los únicos huevos que tenía eran inexistentes.—Si te da morbo.. Seguir mirándome mientras camino… Empezaré a cobrarte por ser voyerista. Aunque dudo que tú seas de esas.
[00:05:44 22/08/13] * Raven pensó cómo un cuerpo como ése, agradable a la vista, endemoniadamente bello, ¿poseía unos labios tan molestos? No era su voz, era su mente. Raven resopló, apartando la vista y buscando un pitillo en su chaqueta, aún era pronto para probar la mercancía. Aún con el vaso entre sus dedos, posó el cigarro en su sonrisa turbia, y habló entre dientes, sin mirarla a los ojos. - Estaba aquí, cuando llegaste. Sólo quería una copa, y ya la tengo. ¿Te pertenecen las esquinas? No te tenía por una puta. Pero tal vez sí tengas fuego. ¿Te importa? Querría fumar en paz, beber un trago. Ya sabes. Cosas de mayores. Alcohol y humo, puede que algo más fuerte cuando avance la noche. Tal vez, el dedo del que hablas. Con mayores de edad. Me gusta que sepan lo que hacen. Yo no juego con niñas.
[00:21:36 22/08/13] Haniel J. Krausser : La misma vena que subía e inflaba su brazo entrenado de boxeo durante cuatro largos años. La misma que podía verse marcada ligeramente en el trasluz. Sí. Dejó de apretar el marco de la puerta. ¿Quería una pelea verbal? No le iba a seguir el juego, le ponía torturar a esa mujer, descansaría en paz cuando llegase a la cama, durmiese y a las horas se despertase para ir a la jodida institución nuevamente para ir a clases. Al menos estudiaba musicología, era bueno, no iba a suspender. Esa misma mano que sujetaba o parecía sujetar la puerta rebuscó en el apretado pantalón, levantando ligeramente la camisa para buscar el mechero de entre las telas que cubrían la parte delantera del cuero negro y sacó el mechero de gas con el estampado de iron maiden , esa calavera con greñas y vendas oficialmente empobrecidas. Agarró el mechero con fuerza, buscó otro cigarro mentolado, lo prendió, salió del edificio y expulsó el humo mirando hacia el cielo. Pero sólo esa sonrisa angelical que cruzaba sus labios volvió a salir. Cuando colocó el mechero a una altura semejante a la puntera metalizada de sus botas negras, chutó el mechero y este fue a parar a uno de los tejados.- Que te jodan. – Fueron sus últimas palabras, algo parecido a 19 días y 500 noches de Sabina ¿No? Solo que faltaba el tacto y el par de besos por mejilla. Ella emprendió el camino por la oscura calle, por el cuchicheo de los demás hombres y mujeres, de las prostitutas, del susurro del viento y de los problemas.
[00:30:22 22/08/13] * Raven miró a la joven chica de soslayo, sin mecha en su pitillo, y por primera vez en esa noche, ansió rozar sus labios, y ese humo, para volver a sonreír al ver el gesto, el mechero extraviado, el orgullo de diva que se marcha siempre con un portazo. - Cierra al salir. Y pide algo más fuerte cuando vuelvas, muñequita de trapo. - Hablando sola, en esa esquina, observó alrededor, buscando fuego, oteando entre los rostros. La noche seguiría, durante horas. No había vendido nada todavía. Off-Strip seguiría igual de oscuro, igual de roto, dentro y fuera del bar. |
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