Por unos días me había ido a México para poder poner unas cosas en orden, al estar en mis tierras me hacían venir muchos recuerdos los cuales me hacían sonreír de manera cálida, alargue los días lo más que podía teniendo a toda esa gente cálida y amable a mi alrededor algo que me daba fuerza para seguir a delante con mi misión la cual llevaba a cabo con todo gusto porque era mi vida, pero tenía que regresar a Las Vegas tenía una cita en un lugar completamente neutro donde podían convivir ángeles y demonios.

Cayendo la noche me arregle con algo simple pero elegante, tome el vehículo y me dirigí hacia el lounge el cual era conocido por su buen ambiente, un lugar donde podía uno pasar un buen rato sin que hubiera ningún enfrentamiento, al llegar di mi nombre y de inmediato me dejaron entrar, camine hacia una de las mesas que estaban reservadas, esperando a aquel que sabía que llegaría

Mientras esperaba pedí una naranjada con agua mineral y disfrutaba de la música tan agradable que inundaba todo el lugar

Una noche nueva y un camino relativamente novedoso a probar y descubrir. Le habían llegado rumores de un nuevo establecimiento, un local novedoso que había abierto recientemente "Seguramente sea un antro" fue lo primero que pensó cuando le llegó la información. No obstante, se decidió a pasarse por allí, ver como estaba el mercado y quizás tomar alguna copa.

Como no podía ser diferente había encargado a Laura, su secretaria, que llamara al local y reservara una zona excluida de la "plebe", un lugar desde el que poder observarlo todo sin ser molestado "Ser un Dios, que solo se dedica a mirar lo que queda debajo de él."

Dejó la corbata en casa, las apariencias son mucho pero solo en locales en los que la media está por encima del millón de dolares, esto... sería más común.

Llegó en la limusina y dio su nombre en la puerta para que le rindieran los méritos pertinentes dado su estatus. Se sorprendió al no recibirlos del mismo modo que en otros lugares, para esos "puerta" parece ser que era solo un tío normal con algo de pasta que paseaba por la calle y había encontrado aquel sitio de manera fortuita.

Dentro depositó la chaqueta en el ropero y dejó 10$ de  propina a la chica que se lo recogió - Solo por tu sonrisa cariño - le dijo intentando forzar una galantería de la que normalmente no hacía gala. La misma chica le indicó por donde se encontraba su reservado y, incluso se ofreció a salir y llevarme hasta allí, pero la frené alegando que quería ver un poco lo que se "cocía" por allí antes de llegar hasta el.

El sonido era variado, esperaba que el lugar fuera el típico sitio en el que los jóvenes tienen que ingerir estupefacientes para poder aguantar el ritmo. Fue grato el comprobar que no era así, que se podía (en ocasiones) hasta mantener una conversación en un tono de voz no demasiado alto.

- Vete a divertirte un rato, aquí nadie me conoce - le dijo a su guardaespaldas que miraba a todo el mundo como si fueran amenazas potenciales. Después de esta frase se relajó y se separó un poco perdiéndose entre la gente. Le llamaría cuando le hiciera falta.

Caminó unos pasos hacia la barra para subir ya con su vaso hasta arriba. Apoyó los codos y esperó a que le atendieran. Se percató de la chica que tomaba algo anaranjado a su lado, parecía abstraída en sus pensamientos, ¿incomoda?... Quizás... Intentó mostrarse amable, quizás haciendo un gesto ella se acercara fácilmente.

- Un whisky doble, con un hielo y cóbrame también lo de la joven que está a mi lado, también todo lo que tome esta noche -Era pequeña tampoco bebería mucho- Lo pones todo a la cuenta de aquel reservado - Señalándolo con el dedo y una mirada. Después una sonrisa a la joven "invitada" y esperar la copa.

El lugar se estaba llenando bastante, y la música la estaba disfrutando bastante era tan suave que solo llenaba a tu alrededor envolviéndote en un capullo donde podías estar largas horas, tomaba mi naranjada despacio disfrutándola mientras veía como entraba y salía la gente sin ningún problema, me gustaba ese lugar porque todos eran tratados por igualdad o por lo menos la mayor parte del tiempo y como no si hay uno podía encontrar a algún demonio o un ángel como yo

Estaba de regreso en Las Vegas y tenía que buscar algo que hacer porque el ocio jamás había sido lo mío, tenía esos en la mente cuando la voz de un hombre me saco de ellos y me hizo voltear a verle -Oh es muy amable señor, pero no es necesario - dije con una tímida sonrisa, en realidad no necesitaba de eso pero siempre era agradable que alguien tuviera un gesto bueno hacia ti -Olivia Blake- extendí mi mano hacia el, lo menos que podía hacer era decirle mi nombre

Parecía que sus palabras no había caído en saco roto y que hablar alto servía para que la gente de alrededor te escuchara y no para sentirte por encima de los demás. La joven se giró y me dedicó unas palabras.

Era atractiva y tenía un voz suave, melosa, de esas que solo tienen las chicas atractivas. Negaba mi proposición de una manera cortés pero al fin y al cabo no dejaba de ser una negación.

- Oh por favor, permita que al menos la invite a lo que está tomando, no me dejaría dormir esta noche si no lo hiciera. Además ya está pagado -Terminó diciendo mientras la guiñaba un ojo como gesto final a que contra eso no podía luchar.

Olivia pensó Es un bonito nombre le estreché la mano y comprobé la suavidad, unas manos no muy trabajadas ¿Una niña bien? Puede- Mike Fox a sus pies señorita - acompañado de una reverencia de esas que se fuerzan para quedar bien.

Se acercó al odio mientras la tomaba del hombro y con la otra mano señalaba el reservado en lo alto - Estaré allí arriba, estás invitada si lo deseas. Pero te prohibiré que pagues por las copas, ese es mi territorio y yo soy el Rey - Terminó diciendo antes de encaminarse hacia allí, esperando que ella le siguiera.

Entró en reservado y las paredes, como había pedido los hologramas traían una imagen lunar, desolada, con una tierra que emergía por el horizonte, grandiosa, majestuosa y azul. Se sentó en el sofá que hacía esquina y dejó el vaso sobre la mesa. Después, esperó.

El hombre que había pagado mi naranjada se veía bastante amable y sus palabras cuando negué que pagara me hicieron reír -No creo que el no pagar mi naranjada le de insomnio señor - mi risa sonaba como si fueran campanas de plata repiqueteando y después sonreí un poco más al momento que él se presentó, su nombre era agradable, un nombre fuerte y lleno de significados -Es un placer señor Fox- siempre era agradable conocer más personas

Cuando se acercó a hablar hasta mi oído no puede evitar que mis mejillas se tiñeran de un suave tono carmesí, no estaba acostumbrada a que las personas se acercaran a mi tanto a menos que buscaran algún consuelo el cual se los daba con todo gusto

Le volte a ver y también el lugar que me señalaba para ver donde estaba -Gracias es muy amable- alcance a decir antes que el se fuera al lugar antes señalado, me quede unos minutos en mi lugar pensando si debía o no ir, después de todo yo no tomaba alcohol y no consumía mucho así que no seria una molestia para el, a demás la curiosidad que me había dado me hacían dudar mas si estaría bien o no

Después de pensarlo un poco y con la naranjada a la mitad, me levante y camine al lugar que me había señalado, me quede unos segundos antes sin entrar y cuando al fin junte valor me asome -Se puede? - pregunte por que tal vez se había arrepentido de invitar a una desconocida


off: disculpa la tardanza prometo no se repetirá

Acababa de servirse la segunda copa cuando escuchó la voz de la joven más allá de la puerta. Ciertamente el lugar era inigualable pero la soledad en un sitio como ese no era plato de buen gusto, además de que las paredes que en algunos puntos daban visión a la pista de baile no ayudaban en demasía a esa sensación.

- Si, por favor pasa y ponte cómoda - Esperó a que se sentara cerca de él y se percató del vaso que llevaba en la mano. El mismo que tenía ahí abajo cuando la dejó - ¿Deseas tomas alguna otra cosa? ¿Un poco de champan quizás? - Dijo haciendo un gesto a un cubo con hielos del que sobresalía la parte de arriba de la botella con el líquido burbujeante - Perdona, no quería ser insistente, además ya tienes tú propia bebido - Dijo para concluir.

Se recostó mientras movía el vaso con su mano derecha haciendo que los hielos chocarán contra los costados y generando un tintineo errático. Los ojos le brillaban mirando a la joven, observándola detenidamente, con una luz algo más fuerte. Era guapa, tenía un buen cuerpo y una cara bastante inocente, quizás sirviera para acompañarle a algún que otro evento, algún día que Dai no estuviera disponible o para cosas de diferente índole. Esperó unos instantes, marcando más su mirada, esperando la reacción de la joven antes de seguir hablando.

- Soy nuevo en esta ciudad y no conozco a demasiada gente, te agradezco que te hayas animado a compartir un rato conmigo y espero que podamos conocernos mejor y quizás repetir más adelante siempre que estemos cómodos entre nosotros - hizo una pausa antes de continuar - ¿Eres de aquí? - Era una pregunta fácil para ir rompiendo el hielo.

Después de un rato de pensarlo había decidido entrar al privado del caballero que tan amablemente me había ofrecido que lo acompañara, cuando me dijo que pasara lo hice un poco tímida viendo el paisaje que se veía, era un poco desolado si es que alguien estaba solo en un lugar así, por lo que creí que había sido una buena decisión el haber aceptado su invitación

-Gracias, tal vez solo una copa - no acostumbraba a beber bebidas alcohólicas mas que en algunas ocasiones y solo me limitaba a una copa solo para acompañar a veces lo hacia con mi padre cuando lo acompañaba a alguna de las reuniones de la empresa

-Pues no, la verdad tampoco soy de aquí - confesé sonriendo amable -Tiene poco que llegue a esta ciudad, y tampoco conozco a muchos - penas estaba conociendo la zona incluso pensaba que podía hacer mas de lo que había hecho hasta el momento pero sin conocer mucho tampoco podía hacer demasiado

-Sera agradable poder repetir en alguna ocasión - me había parecido un caballero muy amable a demás que tal vez en algún momento yo pudiera ayudarlo -De que parte viene? - continúe con la conversación mientras veía de vez en vez aquel paisaje enigmático

Su actitud llamó la atención de Mike, era fácil de convencer o al menos le había dado esa impresión y eso resultaba atrayente. La gente que se adapta, voluble y que sabe... digamos aceptar cuando se le dice algo y acatarlo de un modo más o menos rápido servía para las cosas que él buscaba.

Alargó el brazo mientras ella se ponía cómoda y sacó la botella que goteó suavemente sobre el suelo mientras sudaba al cambio de temperatura. Con habilidad la descorchó de un movimiento rápido y conciso, un arte que se aprendía después de haberlo hecho una y otra vez, noche tras noche y dejó caer el líquido, desde una altura considerable, sobre una copa, llenándola hasta la mitad y depositandola delante de ella.

- Te lo agradezco, es muy triste beber solo - dijo a la par que se servía una copa de la misma manera para él.

- Y si, sería un placer repetir el encuentro quizás en algún restaurante de un modo más privado - contestó a la joven después de tomar un sorbo de la copa y sentir como las burbujas del champan le hacían cosquillas a lo largo de la garganta.

Luego continuó contestando a la pregunta de su procedencia - Digamos que soy un poco de aquí y de allí, de todos lados - alegó no concretando demasiado - Aunque ahora parece que me quedaré una temporada por aquí, asuntos de negocios, nada serio.

Cogió el mando que reposaba en la mesa y cambió, con un click, el paisaje que se veía en el holograma: Ahora era el mar y el sonido de las olas, acompañado de una ligera sensación de humedad.

- Es maravilloso lo que se puede hacer con la tecnología ¿No crees? - hablando en referencia al holograma - ¿A que te dedicas? - Continuó diciendo para profundizar en la vida de la joven.

Observe como descorchaba la botella, eso me recordó cuando mi padre lo hacia en las reuniones que había en la casa, la mayoría para reunir fondos para algunos proyectos para mejorar la vida de los que lo necesitaban, creando oportunidades para otros, mi padre siempre fue de la idea de que es mejor enseñar a pesar que dar el pescado y eso lo aprendí bien de el

-Siempre es agradable la compañía aun que no se beba - sonreí amable tomando la copa que me ofrecía dando un pequeño sorbo a esta sintiendo las burbujas haciéndome cosquillas, tome después una fresa del tazón que había en la mesa, dándole un pequeño mordisco saboreándola y sintiendo como se avivaba el sabor de la bebida mientras escuchaba las palabras de el

-Usted puede fijar la fecha para cuando le gustaría - se veía que era un hombre muy ocupado de negocios por lo que sabia que sus agendas eran muy apretadas y yo era mas flexible con lo que se refería a los horarios -Al parecer aquí en esta ciudad la mayoría viene por negocios o es lo que e escuchado- por lo menos con los pocos que me había topado

Estaba a punto de preguntarle por que tenia ese paisaje cuando lo hizo cambiar - Si es cierto se pueden hacer muchas cosas - y era cierto se podían hacer cosas para bien aun que también para mal desafortunadamente -Pues puedo decir que soy independiente aun que también tengo que estar al pendiente de la compañía de mi familia - aun que mi trabajo como ángel era el principal no podía dejar tirada aquella compañía que mi padre había fundado ya que de ella dependían muchas familias

Noto la sensualidad del gesto al morder la fresa y por un instante también se le antojó apetecible, no obstante no llegó a probarlas. Bebió otro sorbo de la copa y la dejó sobre la mesa escuchando a la joven hablar.

- Digamos que la bebida da ese toque de picardía que muchas veces no tenemos. Nos da también un punto de valentía, la gente tiende a esconder cosas que piensa, cosas que siente y los grados ayudan... a soltar la lengua ¿No crees? muchas veces vivimos demasiado atados a nuestras propias restricciones - dijo respondiendo a la frase que había dicho la joven.

- ¿Así de fácil?¿Le digo un día y estará disponible? Debo decirle que es usted una mujer muy complaciente señorita, algo que todo hombre desearía - acentuó estas últimas palabras con una ligera risa para quitarles algo de hierro, después la niega con la cabeza y toma la copa para beber otra vez - No es tan cierto como crees, la mayoría de la gente viene por el juego y los demás vicios que te provee esta ciudad. Los de los negocios venimos porque hay más de esos que de nosotros.

El tema de los negocios familiares le llamó la atención y quiso indagar más ahí - ¿A qué se dedica su familia? Vamos, si no es meterme demasiado en su vida dado que acaba de conocerme - tomo la botella de nuevo y la acercó a la copa de la joven - ¿Más? - Quizás el tomar un poco más de alcohol hacía que la conversación fluyera de un modo más "alegre" como había comentado antes en pro de la bebida burbujeante.

Después creyó que también sería justo hablar un poco de sus negocios en la ciudad, un quid por quo para que no se sintiera interrogada en primer grado.

- Mi familia tiene bancos y como tal quieren que abramos una sede central aquí que luego más tarde pueda expandirse a modo de cajeros y pequeñas sucursales por todas las Vegas, vamos un modo de ganar dinero - un poco de información al respecto quizás le hiciera ganar interés y quien sabe, una futura inversora - ¿Pero de que le gusta hablar más?¿Dinero o placer?

Las fresas estaban muy dulces y jugosas, tome una más sin dar otro trago a la copa, solo para saborear la dulzura que había en ella, sabía que era un regalo del padre para todos nosotros los que estábamos por algo en la tierra, su idea del vino tenía en cierto sentido la razón aun que no solo podía soltar la lengua -Si pero siempre hay que tener cuidado en lo que toma uno porque si es demasiado en lugar de un bien o una ayuda puede ser que nos termine hundiendo más-

Era un arma de dos filos y si no tenía uno cuidado se podía perder uno en eso tan simple, mis mejillas se sonrojaron cuando dijo eso de que cualquier hombre desearía a alguien como yo -No me interesa cualquier hombre - susurre apenas, yo lo que siempre había soñado era con conocer a alguien que me amara y pudiera amar -Gracias - dije extendiendo mi copa hacia el para que pusiera un poco más de líquido, dos copas no me harían daño

Escuche con atención lo de los negocios de su familia, mientras me comía otra fresa sola disfrutando el dulce de esta -Banquero, eh conocido a algunos banqueros aun que no con todos eh tenido un buen trato- todos o en su gran mayoría eran mezquinos aun que con el negocio tenia que tratar con alguno que otro -Bueno pues el negocio familiar es una pequeña naviera - tome un trago sintiendo el burbujeo en la nariz y rei un poco a causa de eso

Tomo otra fresa que saboreó con el mismo ímpetu que la anterior, había algo sensual en ese gesto o quizás solo fuera que la mente masculina iba más allá y estaba totalmente embotada por el mismo tema todo el rato. La observé en silencio mientras esperaba que contestara.

No pudo evitar reír ante la contestación de los hombres y pretendió indagar más en ese aspecto - ¿Entonces que hombres le interesan señorita? ¿Rubios, morenos, altos, bajos? - en el fondo sus pretensiones no iban mas allá del mero flirteo, del juego entre dos personas solas en mitad de una discoteca con alcohol y privacidad. Su familia jamás aceptaría una relación que el pudiera llegar a tener con alguien que no hubieran decidido ellos, pero las compañías femeninas bellas siempre eran algo que nunca estaba de mas.

Le rellenó la copa y volvió a dejar la botella en el hielo a enfriarse para beber un poco más de la suya y contestar defendiendo en cierto modo a los que se dedicaban como él a los bancos, ya que el concepto a veces pudiera resultar erróneo.

- Bueno hay un concepto general de los banqueros que difiere mucho de la realidad - Hizo una pausa intentando encontrar las palabras oportunas para continuar - La gente piensa que somos ya personas entradas en años, con gafas, estirado y con una amplia barriga forjada a través de años de estar sentados en una silla sin hacer nada - vio que la joven reía y lo hizo también pensando que era un efecto de la conversación - ¿Le gustaría venir a alguna fiesta conmigo para que se quite el mal sabor de boca con los banqueros? - se atrevió a decir - Una bella compañía siempre es apreciable y prometo ser un caballero - dijo para terminar.

Se sonrojo un poco cuando le hizo esa pregunta de los hombres antes de responder -En realidad solo me interesaría un solo hombre señor, uno que me ame- tal vez el no veía las cosas igual que yo, aunque sabía que nadie lo veía igual, algunos simplemente no lo aceptaban

Todos los banqueros era cierto estaban basados en un estereotipo físico como el los había descrito pero el definitivamente no entraba en este por que no tenia ninguna de las características que había dicho -Se que será un caballero- ya lo estaba siendo en el tiempo que había estado con el tomando una copa que el me había invitado tan amablemente -Sera un placer poderle acompañar a una de sus reuniones -

A demás de que pudiera conocer a otros banqueros con los que en algún momento hacer negocios para poder ayudar a impulsar no solo mi negocio si no el de algunos otros que como ya ayudábamos a los demás, como decía papá es mejor enseñar a pescar que darles el pescado y así lo hacíamos

- El amor... - Dice mientras reposa la espalda en el sofá y coloca la mano sobre uno de sus muslos haciendo que la tela se retorciera ligeramente - ¿Realmente se puede amar a la misma persona durante toda la vida?¿Si el amor fuera infinito existiría la infidelidad? - Luego cayó en la cuenta de que sus pensamientos en ese momento quizás quedaran fuera de lugar y que, hay cosas que es mejor que se queden en la cabeza de cada uno.

- Perdone mis salidas de tono, es mejor que esas conversaciones las tenga conmigo mismo y no la aburra con mis estupideces - Terminó la copa de un trajo y se desajustó un poco la corbata que le empezaba a presionar el cuello, quizás por el alcohol.

- Deseo que encuentre aquello que busca, y que sea lo suficientemente gratificante como las personas que lo consiguen - Sonrió sinceramente [/b]

La sonrisa se alargó un poco más al recibir una respuesta positiva al tema de las reuniones. Juntó las manos como si quisiera calentarlas a la vez que comenzó a hablar al respecto - Me agrade que esté dispuesta para esa petición que la he hecho - Tomo un segundo observándola de arriba a abajo y continuó - Veo que de vestuario dispone, no obstante si alguna vez desea cambiarlo y no dispone de medios le encontraremos algo adecuado para la ocasión - Cambió el gesto mostrándose algo más serio - ¿Alguna fobia, limitación o restricción que tenga que tener en cuenta para esos eventos? - Era bueno saber esas cosas para no tener problemas más adelante.