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Tema: Reichert VI [Una Vida Vacía] Jue Ago 01, 2013 6:54 am
Reichert VI
Nombre: Reichert VI Edad Aparente: 21 años
Arquetipo: Agente de Libra Rango: Dómine Orientación sexual: No Definida
Descripción Física
Tengo claro que no soy un canon de belleza Aunque... ¿Realmente importa? Tengo todo lo necesario para ser humano, incluso para ser mujer.
¿Importa acaso que mi pelo sea negro, aunque no tan oscuro como otros, caiga por detrás de mis hombros hasta media espalda y no suela ser un ejemplo de trabajo de cepillo?
Tengo una altura media, como todos los clones y una figura estilizada, delgada pero no en demasía, diría que un termino medio, el equilibrio perfecto, el punto exacto.
Ojos marrones, redondos, tocados por pequeñas vetas azules a causa del tratamiento de Nihil. Pestañas poco tupidas. Labios neutros, practicamente sin colorear aunque no dudo en pintarlos si la misión lo indica o lo requiere. Mi rostro es fuerte, de mandibula gruesa, marcada y quizás un poco varonil.
Soy de piel pálida, creo que eso era solo por apetencia de mi Magister. Siempre me ha parecido que el color de piel solo hacía acopio de un pigmento u otro y que todas las pieles fueran del color que fueran eran iguales.
Tengo curvas, aunque no las utilice. Unos pechos pequeños y un trasero ligeramente respingón acompañados de unas caderas algo más prominentes.
Normal ¿No? si necesitara de algo más lo tendría. Puedes tenerlo claro
Descripción Psicológica
No hay mucha psicología cuando tu vida se basa en un adoctrinamiento constante, en un continuo aprendizaje que poco a poco te va formando como persona.
Aún así, supongo que todos y cada uno de nosotros tiene conductas diferentes, maneras de ser propias. Que, aunque seamos creados todos por igual, tengamos pensamientos diferentes así como yo no comparto la cara con Ruono X o el físico de Polmen I.
Aquellos que me rodean suelen decir que soy un misterio, pero no entiendo como pueden pensar eso, soy exactamente igual a cualquier de ellos, solo que socializo algo menos. Mis conversaciones se límitan a los espacios comunes a las horas acordadas. El resto del tiempo lo paso en las dependencias privadas o en el mirador virtual que hay en Absolom.
Algunos hablan de lo que cambia el estar fuera, de que incluso si se te descuidas en tus tomas puedes sentir algo. No se como seré después de mi primer viaje al exterior lo que tengo claro es que me gusta como soy y que lucharé por que eso siga así.
No suelo mostrar cariño, ya que el cariño produce arraigamiento sobre algo y aquí tenemos que estar dispuestos a peder cualquier cosa sin que eso afecte a nuestra conducta. Si alguna vez flaqueas en ese aspecto es probable que la siguiente dosis de Nihil acabe con el recuerdo del mismo.
Historia
¿Sentir? Es un lujo que no nos podemos permitir. Los sentimientos nos hacen vulnerable, manipulables y predecibles. Es la lacra el ser humano, su talón de Aquiles, el punto de ifección de los Homo Sapiens.
Ese es mi credo, mi "padre" me lo lleva repitiendo desde que tengo uso de razón, algo que ocurrió más o menos cuando cumplí cinco años. Si alguna vez llegué a sentir algo antes de esa fecha el Nihil se ha encargado de borrarlo.
Fuí creado, como una serie en cadena y mi número es el VI. No tengo nombre ni identidad, solo una serie de datos almacenados con todo aquello que debía saber. Absolom era mi mundo, mi casa, mi cárcel...
Nos entrenaban en combate, calculo, historia, relaciones humanas, hábitos de comportamiento y todo lo necesario para desenvolverse allí fuera, pero jamás salimos, no hasta que seamos lo suficiente maduros para ser autónomos y autosuficientes.
Somos un grupo ámplio pero no nos relacionamos más allá de lo ordenado. Solo mantenía un "trato" más cercano con mi "hermana" como lo dirían los que sienten. Entre nosotros no eramos más que el fruto del mismo magister, pero era la persona que más a menudo veía.
Una vez sentí una lagrima, unos minutos antes de mi sesión de Nihil, creo que ha sido lo único que he sentido en mi vida. A veces, ni tan siquiera siento sueño y me despierto en mi cama, como si volviera a nacer, como si fuera un ave fenix que renace de sus cenizas.
En la zona del restaurante, una de las pocas zonas que compartimos había escuchado rumores de lo que luchaban contra el adoctrinamiento, diciendo que aquello no era vida, que nos hacían a su antojo... Era gente que un día dejabas de ver, en Absolom la rebelión no estaba permitida bajo ningún concepto, yo prefiero no sentir, no se puede echar de menos aquello que nunca se ha tenido.
A veces... cada vez más frecuentemente me descubro mirando la cuenta atrás de mi vida, mostrada en el reloj de mi brazo, esperando mi momento... "Cada vez tiene más ceros..."
Extras
Aunque el Nihil se encargue de que los gustos y los rechazos sean meramente opcionales. Si he notado desde un tiempo a esta parte algún tipo de acercamiento a diferentes cosas, no es un sentimiento en sí, es más una costumbre grata que añades a tu rutina diaria y que se convierte en parte de ella.
Siento cierto arraigo a la tonalidad de mis ojos después del Nihil, ese azul me recuerda al cielo que se ve en los videos de aprendizaje, es un color bonito, caracteristico y que supongo podría llamarse como "favorito"
También me gustan las clases físicas, correr y sudar hasta la extenuación, que las fuerzas te falten, es el único momento en el que siento que no tengo el control sobre mi cuerpo. Que pasa algo que es más fuerte que el control de la medicina sobre mi.
Desagradar como tal... podría decir algunas cosas, pero lo único que pasa es que si se cruzan en mi camino es más costoso de hacer. Realmente no siento aprensión de algún tipo. Podría decir un par de cosas.
El reloj de mi brazo me genera aprensión, ver como nunca para, como cuando te acuestas está de un modo y cuando te levantas ya queda menos, los ceros van invadiendo el terreno y nunca se vuelve a encender ese dígito.
Las expectativas, el pensar que se encontrará fuera de las paredes del Absolom, basarse en lo que otros cuentan de fuera, de lo que algún día ella misma verá. Saber si es o no así, no le gusta nada en absoluto.