Mide 1,85 m, atlético y fibroso, debido al constante ejercicio físico al que se somete. De cabello castaño muy oscuro, lo tiene rizado aunque siempre lo lleva corto con unas ligeras enradas a los lados de la frente, que está despejada. Cejas gruesas pero armoniosas, lo que más destaca en él es su mirada azul claro, en la que te perderías por días. Nariz cincelada, recta y labios finos enmarcados en una barba de varíos días al igual que bigote. Su tez es olivácea pero con tendencia a ponerse morena con el sol. Se hace notar allá por donde va. Suele vestir ropa occidental, que es como se siente más cómodo pero, en ocasiones especiales, lleva ropa tradicional de su pueblo de origen.

Es un joven que sabe lo que quiere y cuando lo quiere. Decidido y arrojado no hace nada sin antes haberlo meditado. Es un hombre de pensar antes que de actuar ya que así se resguarda las espaldas y sus intereses curándose en salud. Su carácter es fuerte pero suave -a menos que le hagas enfadar- y nunca levantará la voz; se comportará de forma pausada y relajada, aunque por dentro este furioso. Posee gran autocontrol y autodominio pero puede perder los nervios si se le insiste mucho en aglo que él ya dijo que no haría o toleraría. Es muy común verle en estado de contemplación cuando no está trabajando en su oficina del hotel anexionada a su habitación por lo que prácticamente la última planta del mismo, es suya.

Es sensual o, mejor dicho, le gusta ver como otros se mueven frente a él de forma sensual. Adora la sensualidad en las chicas y las pasiones en los chicos. Desde los 22 sabe que es homosexual pero, frente a ciertos cuerpos femeninos, siente cierta atracción sexual que no puede obviar por más que quiera. La sexualidad es algo que le gusta practicar con asiduidad; aunque en ciertas esferas ciertos gustos los mantenga en el más completo de los secretos. El único lugar en el que no se muestra dominante es en la cama cuando yace con hombres, recuperando esa dominancia frente a las mujeres con las que se acuesta no pudiendo reprimir su líbido.

Familia

[x] Abdul Hassan Manzur = Tiene 73 años y es un hombre retirado que goza del lujoso retiro que le brindó el ser director del hotel Luxor en varias capitales del mundo. Se casó a sus 33 con una joven inglesa llamada Lilian pero que él pasó a llamar Aissa. Tuvo 5 hijos: tres hijas y dos hijos. Y, al único a quien cedió la responsabilidad de llevar la dirección de un hotel en Las Vegas fue a Hisham.

[x] Lilian (Aissa) Manzur = tiene 62 años y sigue siendo la "mujer florero" de su esposo. Se casó con Abdul a sus 24 años y tuvo con él 3 hijas y dos hijos. Es de origen inglés pero con nacionalidad árabe ya que se pasó al Islam para descontento de sus propios padres. Conoció a Abdul cuando trabajaba de recepcionista en su propio hotel. Cuando se casaron dejó de trabajar.

[x] Alisha Manzur = tiene 45 años, está casada desde los 23 y tuvo varíos hijos e hijas. Actualmente es una mujer emprendedora al ser decoradora de interiores. Es la primogénita de la familia pero nunca fue tratada como tal debido a que era mujer. Vive en Londres con su esposo e hijos.

[x] Kalima Manzur = la segunda hija de la pareja. Esteril y sin hijos fue rechazada por su esposo y devuelta a sus padres -con lo que aquello implicaba. Repudiada y desechada como drapo sucio no tardó en caer primero en las drogas y luego suicidándose. Hisham todavía siente la pérdida.

[x] Salima Manzur = 40 años. Actualmente vive en Arabia junto a su esposo y familia. Es el digno florero de su esposo a quien le dio dos hijos. Su esposo trabaja como gerente del hotel que tienen en Arabia. Es quien más echa de menos a Hisham pues ella, Kalima y él eran muy unidos. Actualmente se la pasa viviendo en casa.

[x] Hassan Manzur = 30 años. Es el pequeño de la familia y todavía no está casado, siendo el responsable de Marketing del hotel familiar en Arabia ya que es su tío, el hermano menor de su padre, quien lo dirige todavía. Es el envidioso de su hermano mayor y en él se fija para seguir sus pasos.

Historia

No os explicaré como fue mi infancia, ni mi adolescencia. ¿Para qué? ¿Acaso importa, os importa mi pasado? A mí no me interesa recordar aquella etapa de mi vida en Egipto, no... No es importante. Lo importante es quien dejé atrás y en quien me convertí. Dejé atrás inseguridades, miedos y depresión para, cuando pisé el suelo de Arabia para estudiar Marqueting y Dirección de Empresas, convertirme en  tres meses en la persona que ahora soy.

Solo rebelaré un dato de mi pasado, solo uno. Y fue el que me empujó a abandonar a mi familia y marcharme a Bahrain y su universidad. Kalima, mi hermana, había sido repudiada por su esposo a los tres años de casarse debido a que ella era infertil, se sentía deshonrado ante tal acontecimiento y por eso nos la devolvió. Al inicio estaba encerrada en su cuarto pero, poco a poco, fue saliendo y, medio escapándose del hogar paterno, empezó a frecuentar lugares de no muy buena fama.

Mi padre empezó a estar harto del comportamiento de ella y empezó a mandarle guardaespaldas, espías que controlaban todos sus pasos. Ví como aquello la consumía, la mataba día a día hasta que ella ya no pudo más y se quitó la vida. ¿A quién achacarle la culpa? ¿A su ex-esposo, a su infertilidad, a nuestro padre, a los guardaespaldas que no la dejaban tranquila, a su depresión? Solo yo la veía. Solo yo era consciente de lo que sufría pues siempre habíamos sido muy unidos y solía ser el único capaz de entablar conversación con ella, a mí me contaba todas sus penas... por eso cuando se fue... temí irme con ella.

A los tres meses de duelo y, cuando se suponía que iba a entrar en la prestigiosa universidad del Cairo, tomé la decisión y monté las maletas. Por aquel entonces yo era un chico demacrado, delgado, de mirada ausente y huidiza, perdido tras la muerte abrupta de Kalima. Mi padre se opuso pero le expuse mis razones sin alterarme lo más mínimo y al final accedió pero imponiéndome una carrera. Yo quería estudiar psicología pero él me obligó a estudiar económicas, marqueting y dirección de empresas a lo que no tuve más remedio que asentir mientras, en mi interior preparaba dinero para costearme psicología.

Allí empecé a hacer amistades nuevas, nuevas conexiones con chicos que tarde o temprano me serían de utilidad. Lentamente, con el paso de las semanas, mi estado empezó a mejorar, empecé a hacerme fuerte, a superar la muerte de mi hermana y empecé a nadar para desestresarme, actividad que sigo hoy en día, cada día, sin falta y de forma rigurosa. También ayudó que conociera a Abbas, el compañero de mi habitación en la residencia de la universidad (exigencia de mi padre). Él y yo terminamos por juntar las camas, modificar el cuarto a nuestro gusto y querernos y amarnos el uno al otro cada noche. Estudiaban juntos, iban a clase juntos y el uno se apoyaba en el otro y viceversa.

Cuando finalicé la carrera de económicas regresé a Egipto como alguien totalmente nuevo y con la carrera de psicología a medias. Hablé con mi padre y él asintió. Me permitió irme a Estados Unidos, más concrétamente a la universidad de Yale, para terminar esa otra carrera que tanto me apasionaba. Fue un choque cultural importante pero, para mi sorpresa, no me costó nada adaptarme a la vida universitaria de allá. Y sí. Yo ya no creía, me sentía un ateo más y empecé a comportarme como todo un occidental dejando viejas costumbres en Arabia y Egipto. Empecé a beber y a frecuentar fiestas y barbacoas, me hice uno más y, a medida que pasaban los días y los años, estaba más cerca de sacarme psicología. Había tenido visitas de Abbas, las que disfrutaba al máximo por lo finitas que eran.

Cuando volví de nuevo a casa había terminado mi metamorfosis. Ahora el digno heredero de mi padre. Y allí él me encargó la supervisión de construcción de un hotel para que luego yo lo dirigiera como mejor supiera. Todavía hoy en día sigo esa orden al píe de la letra. Vivo en Las Vegas pero paso más tiempo en la suite más grande del hotel que en mi propia mansión que mandé construir antes de ir a controlar la construcción del hotel. No escatimé en gastos, como tampoco con personal. Por primera vez en mi vida soy dueño y señor de mi propio futuro, de mi propia fortuna, de mi vida y pienso vivirla como mejor se me antoje.

Los gustos y los disgustos van casi parejos pero donde haya una buena bailarina bailando el baile de los siete velos que se aparte el resto. Esa danza le tiene fascinado desde sus 10 años y todavía sigue fascinándole, dejándole hipnotizado. Una buena copa de coñac, de vino blanco o rosado, también le gusta la cerveza negra, más que la rubia. Le molesta de sobremanera el frío por lo que el calor de Las Vegas es bueno para él y no es muy fan de tener el aire acondicionado a toda potencia. Odia a los incompetentes y a quienes no trabajan como deben. También odia que le lleven la contraria.

¿Virtudes y defectos? Como cualquier ser humano los posee. Unos más vistosos que otros pero, como todos, siempre le puedes encontrar fallos a su forma de obrar pues es joven y, a veces -a pesar de ser reflexivo-, puede errar en sus decisiones o dejarse llevar por las pasiones a las que está sujeto. Sabe escuchar a quien tiene enfrente, dejándole explayarse y explicarse para luego emitir su propia opinión al respecto. También se deja aconsejar pero, si tu consejo está fuera de lugar no dudará en hacértelo ver quizás, no siempre de la mejor forma ya que pierde los nervios frente a la estupidez humana.